Opinión: Carrera humana de fondo, y hacia ¿dónde? Opinión: Carrera humana de fondo, y hacia ¿dónde?
por María Del Carmen Rodríguez Dacosta
La vida humana está sometida a impactos de todo tipo, ambientales, sociales, económicos... . Pero por si esto fuera poco, también tenemos la contaminación auditiva y visual de la palabra y las ideas intentando imponer el monocultivo de las mentes y el pensamiento dirigido hacia objetivos dictados por intereses desconocidos para la mayoría. Los avances tecnológicos se están utilizando, en muchas ocasiones, para el control de los medios de comunicación y así condicionar y manipular a las personas. Ningún medio informativo puede ser totalmente aséptico, pero debe basarse en la ética y valores al servicio de los pueblos y no servirse de los mismos.
Una de las grandes conquistas de las luchas sociales fue la libertad de prensa, el derecho de informar y ser informado, pero los grandes monopolios económicos, ideológicos y políticos que controlan los medios lanzan campañas dirigidas a la contaminación mental e intentan desprestigiar todo aquello que debilite su discurso.
La contaminación de la palabra y la propaganda mediática han llegado a tal extremo que no permite ver con claridad donde está la veracidad informativa. La ética y búsqueda de la verdad están, muchas veces, ausentes y prevalece la distorsión de la realidad.
Ante este panorama sería interesante hacerse una reflexión y, por cuidar un poco la tan ya deteriorada salud mental, ser un poco selectivos a la hora de consumir información.
Con esto no quiero decir que apaguen totalmente sus televisores o dejen a un lado la prensa, redes sociales, internet, influencers, películas y series aleccionadoras que nos muestras futuros inciertos y distópicos, juegos en línea, cierto tipo de música y un largo etc. Pero sí que lo hagan haciendo una selección cuidadosa de lo que le dan de comer a sus mentes del mismo modo que lo hacen con la comida física.
Somos lo que comemos y respiramos pero aún más lo que pensamos. De nuestro pensamiento dependen las decisiones que tomemos para conducir nuestras vidas y la de las futuras generaciones.
De una mente limpia y consciente se derivan acciones que facilitan la vida de todo y de todos en el planeta.
Cuando estaba escribiendo este artículo dudaba sobre si titularlo: “Por favor, déjennos en Paz a jóvenes y no tan jóvenes” y es que continuamente nos bombardean con mensajes muy poco constructivos, nada esperanzadores y, casi siempre, generadores de angustia y miedo.
No hay tregua, cuando no es la salud es la guerra, el clima, la economía, el terrorismo y ahora parece que hasta los extraterrestes.
A causa de esto muchas de las personas más vulnerables desean irse pronto y muchos de los más jóvenes, al no ver un futuro digno, también piensan que lo mejor es quitarse de en medio. ( el teléfono 024 te ayuda si te sientes así)
De tan triste situación se deduce que la crisis que estamos viviendo puede alargarse mucho en el tiempo y que esto es una carrera de fondo.
Claramente no podemos controlar todo pero sí podemos controlar la información que nos llega, aunque no siempre, y el modo en que nos llega. El mismo acontecimiento contado de diferente modos puede provocar reacciones y sentimientos muy diferentes, todo depende si se dice desde el miedo o desde la objetividad, el equilibrio y la justicia. Sabemos que son sentimientos y emociones los que mueven el mundo, cuidemoslos.
Consumamos, en la medida de nuestro alcance, contenidos amables que nos ayuden y fortalezcan. Que nos animen y motiven a mejorar. Es muy fácil distinguir, solo hace falta hacerse la pregunta: ¿esto que estoy oyendo/viendo me ayuda a vivir con más bienestar para mí y el resto?, o es al contrario.
Podemos hacer mucho, recuperemos el poder que nos han estado robando.
**María Del Carmen Rodríguez Dacosta
Acompañando y aprendiendo en la vida.
por María Del Carmen Rodríguez Dacosta
La vida humana está sometida a impactos de todo tipo, ambientales, sociales, económicos... . Pero por si esto fuera poco, también tenemos la contaminación auditiva y visual de la palabra y las ideas intentando imponer el monocultivo de las mentes y el pensamiento dirigido hacia objetivos dictados por intereses desconocidos para la mayoría. Los avances tecnológicos se están utilizando, en muchas ocasiones, para el control de los medios de comunicación y así condicionar y manipular a las personas. Ningún medio informativo puede ser totalmente aséptico, pero debe basarse en la ética y valores al servicio de los pueblos y no servirse de los mismos.
Una de las grandes conquistas de las luchas sociales fue la libertad de prensa, el derecho de informar y ser informado, pero los grandes monopolios económicos, ideológicos y políticos que controlan los medios lanzan campañas dirigidas a la contaminación mental e intentan desprestigiar todo aquello que debilite su discurso.
La contaminación de la palabra y la propaganda mediática han llegado a tal extremo que no permite ver con claridad donde está la veracidad informativa. La ética y búsqueda de la verdad están, muchas veces, ausentes y prevalece la distorsión de la realidad.
Ante este panorama sería interesante hacerse una reflexión y, por cuidar un poco la tan ya deteriorada salud mental, ser un poco selectivos a la hora de consumir información.
Con esto no quiero decir que apaguen totalmente sus televisores o dejen a un lado la prensa, redes sociales, internet, influencers, películas y series aleccionadoras que nos muestras futuros inciertos y distópicos, juegos en línea, cierto tipo de música y un largo etc. Pero sí que lo hagan haciendo una selección cuidadosa de lo que le dan de comer a sus mentes del mismo modo que lo hacen con la comida física.
Somos lo que comemos y respiramos pero aún más lo que pensamos. De nuestro pensamiento dependen las decisiones que tomemos para conducir nuestras vidas y la de las futuras generaciones.
De una mente limpia y consciente se derivan acciones que facilitan la vida de todo y de todos en el planeta.
Cuando estaba escribiendo este artículo dudaba sobre si titularlo: “Por favor, déjennos en Paz a jóvenes y no tan jóvenes” y es que continuamente nos bombardean con mensajes muy poco constructivos, nada esperanzadores y, casi siempre, generadores de angustia y miedo.
No hay tregua, cuando no es la salud es la guerra, el clima, la economía, el terrorismo y ahora parece que hasta los extraterrestes.
A causa de esto muchas de las personas más vulnerables desean irse pronto y muchos de los más jóvenes, al no ver un futuro digno, también piensan que lo mejor es quitarse de en medio. ( el teléfono 024 te ayuda si te sientes así)
De tan triste situación se deduce que la crisis que estamos viviendo puede alargarse mucho en el tiempo y que esto es una carrera de fondo.
Claramente no podemos controlar todo pero sí podemos controlar la información que nos llega, aunque no siempre, y el modo en que nos llega. El mismo acontecimiento contado de diferente modos puede provocar reacciones y sentimientos muy diferentes, todo depende si se dice desde el miedo o desde la objetividad, el equilibrio y la justicia. Sabemos que son sentimientos y emociones los que mueven el mundo, cuidemoslos.
Consumamos, en la medida de nuestro alcance, contenidos amables que nos ayuden y fortalezcan. Que nos animen y motiven a mejorar. Es muy fácil distinguir, solo hace falta hacerse la pregunta: ¿esto que estoy oyendo/viendo me ayuda a vivir con más bienestar para mí y el resto?, o es al contrario.
Podemos hacer mucho, recuperemos el poder que nos han estado robando.
**María Del Carmen Rodríguez Dacosta
Acompañando y aprendiendo en la vida.




























Monica | Miércoles, 17 de Agosto de 2022 a las 14:25:40 horas
Excelente análisis, los medios lamentablemente están en manos de grandes empresas , y los periodistas son pocos los que quedan con ética profesional, pero como dice el artículo escuchar o leer bien antes de compartir , solo tomando conciencia tendremos un mundo mejor . Gracias
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