La desesperación de Laura Goberna, la madre de Olaya la niña de los huesos de cristal: 'dejad de mentirme'
Harta de promesas incumplidas de habilitar un ascensor en el colegio Mediterrània, lamenta que la inclusión no es "trasladar una clase a la planta baja para que pueda ir mi hija"
Laura Goberna es una luchadora, desde que su hija Olaya nació no ha dejado de luchar y esta semana se ha visto obligada a lanzar un grito de desesperación. Harta de las mentiras de las administraciones, ha publicado un video en redes sociales en la que les pide que dejen de engañarla.
Cuando matriculó a su hija en el Colegio Mediterrània le indicaron que esas obras estaban pendientes, y de hecho, en noviembre fue al Ayuntamiento a intentar que se hiciera presión a la Conselleria de Educación para que se agilizara el proyecto. Junto a eso mantuvo conversaciones con la Inspección Educativa, que le aseguró que los trabajos estarían listo en el segundo trimestre.
![[Img #11430]](https://xabiaaldia.com/upload/images/07_2025/7303_olaya_colegiomediterrania.jpg)
Nada sucedió y decidió denunciarlo públicamente. Denunció que la profesora de su hija o ella misma tenían que subir a pulso a Olaya, que sufre osteogenésis imperfecta (huesos de cristal), por las escaleras del colegio Mediterrània. La noticia dio la vuelta a toda España. Entonces, la Conselleria se apresuró a decir que el contrato ya estaba en licitación… Pero ha acabado el curso, y el centro sigue sin tener un ascensor.
Tras insistir, denuncia en ese vídeo, en junio les indicaron que los trabajos comenzarían a final de mes y para el curso escolar que se inicia en septiembre ya estaría listo. Nada más lejos de la realidad.
Esta madre coraje volvió al colegio hace unos días y comprobó que todo sigue igual, no hay obras a la vista, y se cumplió el peor de sus temores, en septiembre no habrá ascensor y será entonces cuando se inicie el proceso de contratación.
“Estoy hasta las narices de que me mientan” expresa con desazón en el video, en el que pide que haya una inclusión de verdad y critica que la solución que le den sea “bajar a toda la clase de mi hija a la planta baja”.
Según remarca “Eso no es inclusión. Inclusión es eliminar las barreras arquitectónicas y cumplir el derecho a la accesibilidad universal en un centro público. Hoy es mi hija, pero mañana puede ser cualquier otro alumno o alumna el que no pueda subir las escaleras".
Laura no descarta tomar medidas de presión más contundentes y denunciarlo a nivel nacional, porque además el desánimo aumenta cuando ni siquiera las administraciones son capaces de contestarle a una petición de reunión. Sigue esperando respuesta de un encuentro solicitado al conseller, José Antonio Rovira. Así como de las reclamaciones oficiales formalizadas ante la propia Generalitat, la concejalía y la Inspección.
Con nueve años, Olaya ha crecido con su enfermedad rara, en este periódico la hemos visto crecer. Es una niña como el resto, pero a veces tiene dolores o se le rompen los huesos y necesita la silla de ruedas, para seguir con su vida y seguir estudiando en el cole como el resto de compañeros.
Su madre solo quiere que se cumpla la propia normativa autonómica y que a los responsables políticos no se les llena la boca con la palabra inclusión y luego con casos como este solo actúen a golpe de denuncia pública.
Una obra de reforma gafada
El Mediterrània es un vetusto centro que no está adaptado a personas con movilidad reducida, y sobre el que pende desde hace bastantes años una reforma integral que entre otras permita instalar un ascensor y otras inversiones, con cargo al Plan Edificant. Dos veces se quedaron las obras desiertas en la anterior legislatura.
Laura Goberna es una luchadora, desde que su hija Olaya nació no ha dejado de luchar y esta semana se ha visto obligada a lanzar un grito de desesperación. Harta de las mentiras de las administraciones, ha publicado un video en redes sociales en la que les pide que dejen de engañarla.
Cuando matriculó a su hija en el Colegio Mediterrània le indicaron que esas obras estaban pendientes, y de hecho, en noviembre fue al Ayuntamiento a intentar que se hiciera presión a la Conselleria de Educación para que se agilizara el proyecto. Junto a eso mantuvo conversaciones con la Inspección Educativa, que le aseguró que los trabajos estarían listo en el segundo trimestre.
![[Img #11430]](https://xabiaaldia.com/upload/images/07_2025/7303_olaya_colegiomediterrania.jpg)
Nada sucedió y decidió denunciarlo públicamente. Denunció que la profesora de su hija o ella misma tenían que subir a pulso a Olaya, que sufre osteogenésis imperfecta (huesos de cristal), por las escaleras del colegio Mediterrània. La noticia dio la vuelta a toda España. Entonces, la Conselleria se apresuró a decir que el contrato ya estaba en licitación… Pero ha acabado el curso, y el centro sigue sin tener un ascensor.
Tras insistir, denuncia en ese vídeo, en junio les indicaron que los trabajos comenzarían a final de mes y para el curso escolar que se inicia en septiembre ya estaría listo. Nada más lejos de la realidad.
Esta madre coraje volvió al colegio hace unos días y comprobó que todo sigue igual, no hay obras a la vista, y se cumplió el peor de sus temores, en septiembre no habrá ascensor y será entonces cuando se inicie el proceso de contratación.
“Estoy hasta las narices de que me mientan” expresa con desazón en el video, en el que pide que haya una inclusión de verdad y critica que la solución que le den sea “bajar a toda la clase de mi hija a la planta baja”.
Según remarca “Eso no es inclusión. Inclusión es eliminar las barreras arquitectónicas y cumplir el derecho a la accesibilidad universal en un centro público. Hoy es mi hija, pero mañana puede ser cualquier otro alumno o alumna el que no pueda subir las escaleras".
Laura no descarta tomar medidas de presión más contundentes y denunciarlo a nivel nacional, porque además el desánimo aumenta cuando ni siquiera las administraciones son capaces de contestarle a una petición de reunión. Sigue esperando respuesta de un encuentro solicitado al conseller, José Antonio Rovira. Así como de las reclamaciones oficiales formalizadas ante la propia Generalitat, la concejalía y la Inspección.
Con nueve años, Olaya ha crecido con su enfermedad rara, en este periódico la hemos visto crecer. Es una niña como el resto, pero a veces tiene dolores o se le rompen los huesos y necesita la silla de ruedas, para seguir con su vida y seguir estudiando en el cole como el resto de compañeros.
Su madre solo quiere que se cumpla la propia normativa autonómica y que a los responsables políticos no se les llena la boca con la palabra inclusión y luego con casos como este solo actúen a golpe de denuncia pública.
Una obra de reforma gafada
El Mediterrània es un vetusto centro que no está adaptado a personas con movilidad reducida, y sobre el que pende desde hace bastantes años una reforma integral que entre otras permita instalar un ascensor y otras inversiones, con cargo al Plan Edificant. Dos veces se quedaron las obras desiertas en la anterior legislatura.




























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