Hoy nos hemos desayunado con la noticia de que Xàbia le va a pagar a la empresa que ha construido los aparcamientos subterráneos 4,5 millones de euros más por las obras realizadas. Esta cantidad constituye un sobrecoste, que se une a otros que se han pagado a otras constructoras de obras municipales, y que convierten a Xàbia en el paraíso de los sobrecostes. Desde aquí sugiero que Xàbia acuda a la Feria Construmat de Barcelona o Urbe Desarrollo con ese slogan, quizás así se presentarán más ofertas a sus obras públicas.
La historia es muy larga, y en la noticia ya destaca frases míticas de aquel 8 de mayo de 2005, del ex concejal de Urbanismo, y ahora bloggero con nombre ajedrecístico, «es el paso a la Xàbia del siglo XXI», o la del anterior alcalde y actual regidor de Turismo, «a los vecinos de Xàbia no les costará un euro».
Pues sí… efectivamente estamos en la Xàbia del siglo XXI, y efectivamente a los vecinos de Xàbia no solo les ha costado ni un euro, sino que les ha costado nada más y nada menos que 150 euros a cada uno de ellos (lo que resulta de dividir 4,5 millones de euros entre los 30.000 habitantes que hay en Xàbia).
Y es más, si sumamos esta cantidad a los 900 euros per cápita de la deuda municipal: los cinco miembros de cualquier familia que ya se puso como ejemplo deberían pagar la nada desdeñable cantidad de 5.250 euros (casi casi la mensualidad del alcalde de este pueblo).
El juego de las cifras es muy directo, y así se puso de manifiesto en el pleno de ayer. Supongo que ahora los 30.000 habitantes de Xàbia sí que «alucinarán por un tubo» de lo que debe su ayuntamiento. Deudas que entre otras se generan con sobrecostes, como el que se pagará a Estacionaments Urbans de Xàbia que es la empresa filial de Ecisa.
Pero no son los únicos, y en el historial de obras públicas de esta villa hay muchos y sonados:
- Los dos millones de euros que pidió la magnifica UTE Generala Maybe responsable de la chapuza de las obras del Casc Antic. Sobrecoste que fue rechazado rotundamente por el actual alcalde, y el pleno del ayuntamiento.
- Los 600.000 euros que pidió Arción por el Conservatorio de Música. Al final se negoció y se aceptó muy a la baja
- La ampliación del museo Soler Blasco, Arción también pidió modificados en el presupuesto de adjudicación.
- Esta misma empresa también sugirió modificados en el proyecto de obra de la Casa del Cable, aunque estos estaban justificados porque se eliminó el sótano previsto ante el riesgo de derrumbe de los edificios colindantes. Aunque durante la ejecución de la obra, la empresa se «equivocó» en algunos materiales.
En definitiva, las empresas bajan el precio de licitación de las obras para sumar más puntos en la propuesta económica, pero luego resulta que lo que restan lo piden a través de modificados. No creo que sea bueno para el consistorio esta práctica, más aun si estamos hablando, como en el caso de Ecisa, de 4,5 millones de euros que es lo que nos cuesta la recogida de la basura.
Ya veremos como los pagamos.
Por: Redacción