El equipo de gobierno de Xàbia ha sacado adelante los presupuestos para 2022 con los votos de los partidos (PSPV y Cpj), el voto en contra del PP y la abstención de Compromís y Ciudadanos.
En el transcurso del debate los tres partidos de la oposición han coincidido en la falta de participación de estas cuentas tanto de ellos mismos como de los vecinos. Desde C’s, Enrique Escrivá ha reclamado que se implanten los presupuestos participativos y por su parte el concejal del PP, Óscar Antón, responsable defender la postura en el debate, ha recordado como se aprobaban los presupuestos entre 2011 y 2015 “con sesiones participativas, hasta en inglés”.
Por su parte, Juan Cardona, de Compromís ha insistido en que «no hay ninguna propuesta que salga de los presupuestos participativos» y ha destacado que tampoco se recogen propuestas del Plan Estratégico o la Edusi que se hizo en 2015.
Unos argumentos que el gobierno local se ha ventilado rápido. El edil de Hacienda, Ximo Segarra ha dicho que “no hay una línea puesta para que la gente vote, pero aquí todos los días recibimos peticiones a través del email y todas las que se pueden se atienden”.
Por su parte, el alcalde, José Chulvi, ha abundado en ese argumento “nos reunimos con asociaciones, entidades deportivas y vecinos” y se han “recogido muchas de las cosas” que les trasladan.
-Esta redacción ofrecerá una crónica más amplia del pleno con los argumentos de unos y de otros-
Las frases de Chulvi y Segarra son de manual, tópicos y flojos desparpajos, que ofenden la inteligencia de los ciudadanos, y que reflejan la escasa atención que el gobierno presta a la participación, la transparencia y la seriedad política. Un gobierno sin consistencia ideológica, sin vergüenza política, sin proyecto con horizonte.
A Xábia le hace falta otra cosa y otra gente.