por Julio M. Ramón
Caído Primo de Rivera el rey encarga al general Berenguer formar gobierno. Pero éste no es capaz de normalizar la situación política dado que el republicanismo está en efervescencia y buena parte de los grupos monárquicos, abandonados por la corona durante la dictadura, han dado la espalda al rey. Apenas un año después Berenguer dimite y es nombrado jefe de gobierno el almirante Aznar, casi con la única misión de convocar unas elecciones que puedan clarificar el panorama político. Pero Aznar piensa que, en vez de generales, será mejor convocar municipales a ver si el campo, con su sistema caciquil plenamente vigente, apacigua la euforia por el cambio.
El 12 de abril de 1931 se celebran elecciones, para elegir 80.000 concejales, en todos los pueblos de España, en medio de un cierto sentimiento de que, realmente, lo que se juega es la propia continuidad del régimen monárquico. En Jávea se celebran también. Pero, como en otros tantos cientos de pueblos, estas elecciones serán impugnadas, habiendo de celebrarse de nuevo mes y medio después, el 31 de mayo. En Alicante habrá de repetirse elección en unos 100 pueblos; en nuestro entorno más inmediato se repetirán en Calpe, Altea, Gata, Teulada, Benitachell, Pego, etc. etc. Los motivos, prácticamente comunes a todos: censo electoral sin actualizar, candidatos que no pueden presentarse por no obtener los avales necesarios (la Ley electoral vigente de 1907 era restrictiva y poco democrática, por resumirlo mucho).
El recuento de votos de estas elecciones, en los primeros puestos, fue:
Dado que se anularon los comicios, se nombra una Comisión Gestora que lleve el municipio hasta las próximas elecciones. Al frente de dicha gestora se elije al concejal Jaime Casabó Cruañes, persona de prestigio y consenso. La gestora, siguiendo instrucciones del Ministerio de la Gobernación, actualiza el censo electoral y prepara las mesas y colegios para el 31 de mayo.
Las nuevas elecciones se celebrarán en unas condiciones bien distintas. Apenas tres días después del 12 de abril, el rey marcha al exilio voluntario, reconociendo que el pueblo no está con él y le ha pasado factura por su apoyo indisimulado a la Dictadura. Existe ya, por tanto, un Gobierno Provisional republicano. Un Decreto de 25 de abril de 1931 reconoce “el gran número de errores que el Censo electoral contiene” y pretende dar “garantía plena de que no se falsea en su formación, la voluntad popular”. Para ello hizo depender el Censo de los Tribunales del Censo Electoral, creando un sistema de rectificación rápida. Por otra parte, otro Decreto (8 de mayo) modificó algunos aspectos de la Ley Electoral de 1907: redujo la edad electoral activa y pasiva a los 23 años, permitió la elección de las mujeres (no el voto) y se suspendió la aplicación del artículo 29 de la ley, tan utilizado por los caciques (si el número de candidatos era el mismo que el número de puestos a cubrir, salían electos directamente, sin elección popular; de ahí el bloqueo permanente a otras candidaturas). Además, se estableció la provincia como circunscripción y la elección, para las generales, de un diputado por cada 50.000 habitantes.
Las elecciones de mayo arrojan el siguiente resultado:
Ganan candidaturas republicanas moderadas, pues todos los primeros puestos son de militantes del Partido Republicano de Marcelino Domingo o del Partido Republicano Radical de Lerroux.
(Datos: Boletín Oficial de la Provincia de Alicante, mese de abril a junio de 1931).
31 mayo, 2022Por: Redacción