La gastronomía se mide en esferoides luminosos. Al menos, así lo consideran las entidades y publicaciones que se encargan de crear su propio firmamento terrestre. Una forma de -metafóricamente- catapultar a lo más alto del firmamento, aquello que, sobre la superficie; supera las expectativas del paladar humano.
Al compendio de estrellas Michelín y soles Repsol que cubren la faz de la Tierra, ésta última suma una nueva nomenclatura: Los soletes. Con el fin de incentivar la economía de una pequeña restauración más próxima a todo tipo de públicos y más “de diario”. Según la multinacional energética y petroquímica española, se trata de “una nueva calificación que pone el foco sobre todos esos locales que recomendarías a un amigo o a un conocido de paso por tu ciudad porque sabes que son un acierto seguro”.
A la cocina galáctica de Xàbia que protagonizan el Bon Amb, Tula y La Perla de Jávea; en esta primera edición de Los soletes Repsol, se han destacado 1.000 establecimientos analizados bajo un prisma más desenfadado y, entre ellos, dos son del terreno. En la categoría de Vinoteca, bodegas y sidrerías está, La Trastienda Wine Bar (calle Príncipe de Asturias, 4) y en la de Chiringuitos-terrazas, el The Beach House (muelle pesquero, 1).
La Marina Alta también aglutina otros dos nombramientos: La de El Chamizo (en Moraria) y El Brou (en Pedreguer) en la categoría de Restaurantes y menú de día y la del Mare Beach Restaurant (en Calp) en la de Chiringuitos-terrazas.
Desde Repsol señalan: “Aquí caben todos, siempre que sean honestos y lo hagan bien. Cocina mestiza o una taberna de toda la vida, una cafetería para desayunar mientras lees el periódico o merendar con tu abuela. El bar con camarero filósofo, la taberna de mercado joven, la hamburguesería con un toque especial o ese restaurante con seis mesitas y muchas ganas de agradar”
5 julio, 2021Por: Alvaro Monfort